Recuerdos de un día de primavera

5/14/2018

Hace algunos años, nos reunimos amigos y ex compañeros de la secundaria y para recordar viejos tiempos, decidimos irnos de pinta a una playa del pacifico, no diré cual aunque no es muy conocida. En realidad era un paseo ordinario de amigos y amigas que van a nadar.
Una de las chicas que iba en el grupo, se sentó junto a mi durante el viaje y nos fuimos preguntando y conociendo sin mucho afán de atraernos.
Llegamos a la playa y en una palapa junto al mar, pedimos mesa para todos lo que éramos.
Pedimos bebidas y algunos bocadillos para picar mientras descansábamos y disfrutábamos el paisaje, nadie se metía a nadar.
Al poco rato y viendo que nadie daba pie para meternos al mar, decidí hacerlo primero y pregunte donde estaba en cambiador para ponerme el traje de baño; al ver esto la chica con quien estuve platicando en el trayecto, se levanto y me siguió al área de cambiadores, argumentando que aprovechaba para ponerse el traje de baño también. Entré a uno de los cubículos con una puerta de madera casi a punto de caer y me puse el traje de baño rápidamente, al salir, la chica estaba afuera aun sin haber ocupado algún otro cubículo para cambiarse, y me dice, “por favor cuida la puerta que nadie vaya a entrar” lo cual me dio risa y le comente “pues entonces el que va a entrar soy yo” y se sonrió. Espere afuera del vestidor a que saliera y le dije, anda vamos a meternos; camine hacia el mar y ella se detuvo sentándose en la arena.
Me lance al agua y di algunas brazadas mar adentro para evitar el oleaje de la orilla. Unos metros adelante le hice señas invitándola a entrar. La chica lo dudo un instante y se puso de pie yendo hacia el mar, se sumergió y nado hacia donde yo estaba -ves como esta riquísima- Le comente y ella contesto – pero me agarras eh- y casi de inmediato me abrazo del cuello y yo la rodeé por la cintura con mi brazo derecho y le dije – pero nadas muy bien ¿te da miedo?- y ella respondió – sí un poco-. Sin mas nos mantuvimos flotando y semi abrazados, dejándonos llevar por el vaivén de las olas.
De repente y dada la cercanía de aquel cuerpo delgado y a decir verdad desinhibido, empecé a sentir una erección y me dije, vamos a ver que tan atrevida es esta chica tan confianzuda, tomando su cintura con ambas manos la puse frente a mi haciendo que sus piernas rodearan mi cuerpo, como si me estuviera cabalgando y la acerque hacia mi. Evidentemente ella pudo sentir mi erección a través de los trajes de baño y sin decir nada, se dejo conducir; permitiendo que yo frotara mi pene erecto sobre su vulva cubierta con el bikini.
Al poco rato, ella cerro los ojos y al mismo tiempo bajo una mano hacia mi pene y lo libero hábilmente del traje de baño, acomodo las piernas a mi alrededor y ayudo con esa misma mano a que su bikini se recorriera y diera paso a ser penetrada. Así ella cabalgo sobre mi empujando la pelvis de manera cadenciosa y al ritmo de las olas flotando abrazados, de ves en cuando volteábamos hacia la playa para detectar si nuestros amigos notaban el extraño acto de apareamiento que estaba ocurriendo dentro del mar.
Estuvimos varios minutos disfrutando el momento y después le pregunté, ¿vamos a los vestidores? Ella afirmo con la cabeza y nos separamos, acomodamos los trajes de baño y nadamos hacia la playa.
Sin decir palabra caminamos hacia los vestidores y nos metimos a uno donde ella se acuclilló y busco mi pene de dentro del traje de baño, lo saco y comenzó a chuparlo con fuerza, la deje que chupara un rato, después la puse de pie y con las manos la guie para que me diera la espalda; incline su cuerpo e hice de lado su bikini, descubrí su vagina y me agache a chuparla, la tenia completamente depilada y con un sabor a sal exquisito.
Después de chupar su vulva y su clítoris, me puse de pie y embestí su vagina con mi pene, ella se mantenía agachada y yo la penetraba con fuerza, de repente sentí como se estremecía y yo deje salir mi semen sobre su espalda.
Nos enjuagamos con un poco de agua y fuimos a reunirnos con nuestros amigos, los cuales al parecer ni siquiera habían notado nuestra reciente cercanía.
Hasta la fecha conservamos comunicación y de ves en cuando coincidimos en algún restaurante de la Ciudad para después ir a un discreto hotel del norte.
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